Planeando el futuro

La duda se desvanece. Y aunque aun faltan detalles para la total seguridad, ahora me siento un poco más confiada, con permiso para empezar a contar los meses que me quedan en este lugar. Un lugar que no siento mio. Y tal vez no encuentre lo que busco pero por lo menos empezara la búsqueda. Los viajes. La libertad... para ser... para decidir... para vivir....

La verdad es que cuando esperaba la noticia ya no sabia ni lo que quería, supongo que me entro un miedo en el que no he querido pensar este tiempo. Y la chica que me lo concedía me preguntaba si seguía queriéndolo y de mi garganta salio un sí, claro, pero ella me seguía mirando como si no me viese convencida. Ella no puede saber de mis ansias durante los últimos tiempos por este viaje, solo vio una duda en los ojos, pero en cuanto dije el sí en alto volví a convencerme. Y aunque la sensación perdure por el miedo a lo desconocido estoy contenta, porque por lo menos supondrá un cambio. Hacer algo, no solo algo diferente, si no algo, moverme, cambiar de aires, de rutina, de personas,...

CAMBIAR

Esperando a las Hadas

Cómo expresarlo cuando no se tienen las palabras adecuadas, cuando no se sabe qué decir.

Perdida entre las aguas de un océano, entre las estrellas del cielo, entre las arenas del desierto.

Sabiendo que el laberinto tiene un final, pero no haces más que equivocarte de camino.

El error es parte del aprendizaje, y no haces más que errar, pero a veces el miedo a equivocarte hace que te estés quieta, acurrucada en tu rincón, ese que encontraste hace tiempo, en el que te sientes segura. En el que una vez soñaste con otro rincón, otro más bonito, más verde, con más luz, en ese al que van las hadas cuando se sienten perdidas y ellas te enseñan el camino del laberinto, para encontrar la salida, donde te digan lo qué decir, cómo expresarlo y te encuentras por fin.

Esas llamadas...

De pronto un día te llaman y te dicen que esta en el hospital, que tu no puedes entrar, que solo van a entrar sus hijos porque solo hay unos minutos y un número de personas.

Y ella es mayor, es normal que tenga sus achaques piensas, pero la estancia se alarga. Tienen que operarla. La operan y pasas media noche allí, te dejan al menos despedirte pero ella esta como ida, como una niña pequeña que no sabe donde la llevan, esta asustada, preocupada. Y allí os quedáis todos, en la sala de espera al lado de lo que sera su habitación cuando salga del quirófano, esperando, asustados, preocupados. Y por fin sale la oncóloga. No han podido quitar todo, esta muy extendido y con su edad no hubiese servido de nada. Y tienes que llamar a tu hermana y explicárselo, pero mientras lo intentas te pones a llorar. Pero entre sollozos consigues explicárselo, la quedan 6 meses te han dicho, solo queda esperar, van a intentar la quimio pero... la quedan unos meses en los que intentaran que sufra lo menos posible. Tu hermana intenta calmarte aunque tú sabes que cuando cuelgue se irá a algún lugar lado tranquilo a llorar más de lo que lo harás tú, pero por una vez le toca ser la fuerte un rato.

Vas a verla cada día, al ir a la universidad o al volver, en lugar de los cafés de los sábados, en lugar de quedar con tus amigas los domingos. Va mejorando poco a poco y vuelve a ser la que era, aunque más suave. Intenta la quimio pero le sienta muy mal, no merece la pena dice la oncóloga. 6 meses más tarde aun esta bien, más suave que cuando salio del hospital, pero aun sale a la calle, aunque trayectos cortos. Después de Navidad ya no sale, dos meses después ya casi no sale de su habitación, cada vez más suave. Con el tiempo casi deja de hablar. Deja de hablar. Deja de conocernos. Deja de comer. Un día la doctora que va a verla a casa cada pocos días nos dice que no pasara de la siguiente semana. Y cada vez que suena el teléfono te asustas. Se te encoge el corazón. Se te nubla la vista. Y un día llega la llamada y ya no quedan lágrimas... o las guardas para momentos posteriores... momentos de soledad...

Y tres años después... vuelven esos momentos con otra persona... una mucho más joven... y empiezas a temer que se acerque el momento de esa llamada otra vez...

(imagenes sacadas de Google)