Hace seis años ya. Era septiembre, íbamos en tirantes y allí nos presentamos. Habíamos cogido seguido el cambio de trenes. Cuando salimos de la estación nos pareció enorme, no sabíamos hacia donde ir, no sabíamos que teníamos que hacer ni como comportarnos. No recuerdo bien como lo hicimos, debimos preguntar o encontrarnos con el mapa que tan poco indica, no lo sé. Pero lo que aun si recuerdo es que nos gusto, lo decidimos nada más salir de la estación, el césped, el olor a nuevo, la gente. En esos momentos me sentí como una niña con zapatos nuevos.
El primer día de curso no empezó del todo bien, me informaron mal del inicio, fui al acto de presentación pero al parecer por la mañana habían comenzado las clases, así que a la única chica que conocí me informo enseguida de que ella iba por la tarde y no la volví a ver. Así que al día siguiente fui un poco aterrada, por la novedad y el creer que todo el mundo se conocería menos yo. ILUSA. Allí ni la mitad habían ido el día anterior a clase y no me fue nada difícil hacerme con el primer grupo de amistades que he tenido en estos años, no hubo esa primera clase así que conocimos la cafetería de la que nos haríamos huéspedes habituales. Éramos un grupo curioso, cuanto menos, pero que duro entero solo un cuatrimestre creo recordar, se unieron unos y desaparecieron otros.
Seis años después queda tan poco de esos primeros momentos pero aun así me gusta recordarlos, me gusta analizar los prejuicios de las novedades, a veces buenos, a veces malos, pero que siempre nos aplacan los nervios de la incertidumbre por el que vendrá. Yo esperaba muchísimo de estos años, hay cosas que me dio, otras que no, cosas que no esperaba pero aparecieron. Tengo grandísimos recuerdos que llevare conmigo a cualquier viaje que haga, porque sin ellos no sería yo.
Ahora comienzo nueva etapa, nuevos nervios, nuevas incertidumbres, pero como en aquel momento me siento bien, con ganas, con esperanza...
1 comentario:
Tienes razón, los primeros días de colegio son un poco horribles :S
Besicos
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