Es curioso como en un pueblo como el mío pueda, de pronto, haber algo tan bello.
Denominado "ciudad dormitorio", rodeado de polígonos, por dentro hormigón en su mayoría, y de pronto, el cielo morado, naranja, amarillo, el azul casi desaparece pero en su lugar aparece al horizonte una esfera dorada y difícil de mirar directamente.
Por unos instantes, todo es más bonito.
Por unos instantes, todo es más bonito.
Y ahí esta, puede haber belleza, por suerte, en todos sitios.
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