15 jul 2009

Pasando el tiempo

Llevo un tiempo con ganas de irme lejos de aquí, a veces me vienen a la cabeza pensamientos en los que cogería una maleta y me iría sin tan siquiera despedirme, puede que quitando a dos o tres personas. Cada vez me siento más lejos de todo lo que me rodea y más cómoda de gente que casi no conozco pero que por lo menos tiene aspiraciones, inquietudes, una mira hacia algún lugar que no sea un estanque, tal vez simplemente porque es algo nuevo que descubrir. A veces me da pena tantas ganas de irme, otras pienso que solo sería una huida, pero no es eso, es mucho más triste a mi forma de ver, simplemente no tengo nada que hacer aquí, las personas a las que de verdad echaría de menos las cuento con una mano y puede que me sobren dedos. Después de tantos años, después de tantos intentos de mantener y cuidar amistades me doy cuenta que fue en vano, que no mereció la pena y cuando me he rendido con ciertas personas, ellas ni se han inmutado, y luchar sola por algo que ya se que no merece la pena me parece una enorme tontería, así que definitivamente he dejado de hacerlo. La parte positiva es que al hacerlo me quedo con las personas que de verdad importan, o por lo menos a las que yo realmente les importo y hacen algo por seguir a mi lado.

Hace una semana estos pensamientos me abrumaban y me pusieron triste, ni siquiera con fuerzas para enfadarme, para qué. Así que me fui a pasar el fin de semana fuera con una amiga. Allí volví a ver a personas que había conocido hacía unos 6 años y me dí cuenta de como pueden llegar a cambiar las personas, hasta el punto de no reconocerlas. Siempre he alardeado de mi buena memoria, últimamente me doy cuenta que la memoria depende más de como te influyen los hechos. Yo recordaba a dos chicos de todas las personas que conocí allí por algunas anécdotas que tuvimos con ellos y que fueron muy comentadas posteriormente, claro esta que esos dos chicos no tienen nada que ver con lo que yo recordaba. Cuando baje del autobús y los vi... uno ni me sonaba y del otro solo quedaban los ojos del chico que fue. Fue muy curioso, porque al igual que la otra vez la mayor parte del tiempo la pase con ellos, y cada vez que coincidíamos yo no podía dejar de buscar a los que conocí aquella vez, algún rasgo que los relacionase con sus yo pasados a parte de sus nombres, y me llamo mucho la atención el cambio tan grande que había habido. Hoy pensando en ello me he dado cuenta de los cambios que han ocurrido a mi alrededor y de como tampoco queda nada de lo que fue, miro a mi alrededor e intento ver si queda algo de aquello y supongo que no hay nada, o por lo menos nada de lo importante, lo que me unía a esas personas a las que ya me parece que casi no conozco...

Y supongo que por muy estúpido que sea esta es la canción que mejor acompaña a estos sentimientos