Gato negro

¿Si fuerais un animal...cuál seríais?

Yo siempre lo he tenido muy claro, y diréis ¿lo has pensado siempre? Pues sí, nací en esa generación en la que las niñas siempre se hacían preguntas absurdas y poco probables como: ¿a qué edad te vas a casar? Creo que una vez respondí que a los 23. ¿Qué te llevarías a una isla desierta? siempre a alguien. ¿Perdonarías una infidelidad? puff, aun lo dudo. Si pudieses ¿qué animal serías? etc. De estas había miles, la imaginación que teníamos por entonces...

Pero a lo que voy, que me disperso... Si pudiese ser un animal sería un gato y si se pudiese elegir un gato negro. De hecho si se me conoce un poco ya soy bastante parecida a ellos... Me encantan los gatos y una de las razones por las que estoy deseando tener piso propio es para tener un gatito, uno pequeñito, al que ver crecer, que me haga compañía, que me siga por mi pisito,...

¿Por qué un gato? Tal y como yo lo veo los gatos son:

- Fieles: pero de verdad, no como esos que se van con cualquiera que les haga una carantoña.

- Saben conocer a la gente: distinguen de quien fiarse y de quien no con solo olerlos.

- Inteligentes

- Ariscos pero a la vez cariñosos, aunque solo con quien saben que se lo merecen y lo necesitan.

- Orgullosos.

- Misteriosos.

- Curiosos.

- ....

Tienen ese punto entre mimosos y ariscos que equilibra mi psique.

La política, la vida y las mujeres

¿Qué decir? Llevo días planteandome escribir una entrada. Motivos hay de sobra y solo hay que pasarse por cualquiera de vuestros blog para verlos ¿pero que decir que no este ya dicho? Todos sabemos lo que hay, lo que va a haber y llega un punto en el que te sientes agotado y derrotado.

Las elecciones se acercan, hay que ir a votar por supuesto, pero cuando se hacen encuestas la gente, la que lo hace, va a ir a votar no por un partido que les convence sino por el que les parece menos malo...Hace un mes más o menos dudaba que hacer con mi voto (útil), sabia a quien no votar pero dudaba a quien votar, con el acercamiento de las elecciones mis dudas están disipadas, vuelvo a decidir a quien no votar y a quedarme con lo que me parece la opción menos mala pero ¿eso basta? ayer leía en el periódico el numero de jóvenes nuevos que este año tenían la opción de votar... pero si leemos los periódicos, vemos las noticias, oímos la radio,... nadie les presta atención como a tantas otras cosas.

El otro día vi, a ratos, el famoso debate. En mi opinión uno de los peores que he visto, ninguna idea sobre lo que va a ocurrir en el futuro solo sobre lo que ha ocurrido en el pasado pero...¿eso no lo sabemos ya todos? ¿Qué va a arreglar eso? ¿Cuando van a dejar de mirarse el ombligo el uno al otro y empezar a darse cuenta de que estamos aquí, los votantes, los ciudadanos y que lo que se hizo mal, mal hecho esta pero ¿cómo van a arreglarlo? Dicen que lo harán mejor que el contrario, que solucionaran todo, que con ellos nuestra vida estará solucionada... pero aun no me he enterado como piensan hacerlo...

Y mientras avanza la campaña electoral hay quien muere... ¿Cómo es posible? Son nuestras hijas, nuestras hermanas, nuestras primas, tías, abuelas pero sobre todo son nuestras madres. Esas mujeres que nos dan literalmente la vida, que nos acompañan a lo largo de ella, que nos cuidan, nos miman, trabajan hasta agotar sus fuerzas por nosotros, nos educan y nunca, nunca nos hacen daño adrede, siempre intentan ayudarnos. Cómo es posible que en lugar de idolatrarlas y estar enormemente agradecidos haya bestias capaz de humillarlas, pegarlas y llegar a matarlas... Hay cosas del ser humano que nunca podre entender...

Las fronteras

Pongo en situación:

El campesino camerunés, sucio pantalón corto, camiseta entreabierta y desgarrada, tomó la tierra del suelo, la olió y dejo que se escurriera entre sus dedos. Era marzo de 1963, en Bafang, Camerún. Yves Bannel quedó impactado con esa imagen. Era el mismo gesto que su tío, sí, su tío francés…Ahí fue cuando realmente tomo conciencia de hasta que punto todos los hombres son iguales en todas partes, que lo único que cambia es la cultura: “Eso te ayuda a rechazar la idea de nacionalismo, de raza superior. Nadie es superior a nadie, hay la misma proporción de imbéciles e inteligentes en todas partes, de sádicos y de bondadosos”…”me gustaría ver desaparecer las fronteras y los pasaportes”.

El País

El otro día leí esto de camino a casa, ya sabéis en el tren, y me acorde de una de mis ideas más arraigadas desde hace ya unos añitos. En mi casa hay variedad de opiniones, siempre con tendencias izquierdistas (eso dicen), unas más radicales que otras sobre diferentes temas. Pero una de las cosas que aprendí de mi madre es lo injustas que son las fronteras y todo lo que ellas representan. Cómo alguien puede trazar una línea y decir de aquí para haya estáis vosotros, no tenéis dinero, no tenéis ningún tipo de riqueza, tenéis sequías y/o inundaciones, falta de infraestructuras, de sanidad, de higiene,… y de ahí para aquí tenemos todo lo que queramos e incluso nos sobra y lo tiramos…

Tal vez es una utopía lo que pretendo, tal vez a veces soy demasiado optimista, tal vez este triste y cansada de lo que veo y necesite pensar que algo mejor puede existir…

Transportes

Hace unos días escribí una entrada...desagradable, muy pesimista, que no quise publicar, además no estaba muy bien escrita, despues de escribirla decidí que queria hablar de algo bonito y aquí estoy, intentandolo...

Voy mirando por la ventana, fuera llueve, la lluvia cae por los cristales, el tren se para en la siguiente estación, delante mía se sienta una mujer de unos 40 años, morena, pienso que es sudamericana, puede que de Perú pero no estoy segura, me da con el paraguas mojado me pide perdón, yo la sonrió, saca un libro y se pone a leer. Me fijo en ella, va con unos vaqueros y una camiseta, pintada pero poco, ¿ira a trabajar? ¿o habrá quedado con alguien?… En el asiento de al lado se sienta una niña pequeña, de tres o cuatro años, ojos rasgados, morena de pelo, pálida de piel, debe ser china imagino, va con la que supongo es su mama, me mira y la saco la lengua, la niña desconcertada mira a la madre y cuando ve que esta no le esta mirando vuelve a mirarme, esta vez de reojo, y me saca la lengua, rápidamente mira para otro lado intentando que no pueda devolvérselo… En los asientos de la ventana de enfrente van un grupo de chicas de unos 15 años, riéndose, hablando, son rubias, ojos claros, no las entiendo, ¿serán rumanas? ¿búlgaras? No lo se, las miro, las escucho e intento adivinar de que hablaran… Bajo del tren en mi parada para coger el metro, me siento al lado de una pareja, hablan ingles, no se si lo he dicho en alguna ocasión pero no se me da bien, aun así les escucho, consigo coger palabras sueltas, se bajan del metro…Sube una mujer muy mayor, un chico moreno, alto, se levanta y la deja sentarse, que mono (pienso) ¿será de aquí? Me le quedo mirando hasta que el chico me mira, supongo pensando que me gusta, en realidad solo intento descubrir algún rasgo que me pueda decir de donde es…

Hace tiempo escribí una entrada, que algunos de vosotros conoceréis, negativa sobre el trasporte publico ahora he querido dar una visión menos crispada y más habitual de lo que suelo sentir…Se que suena raro pero me gusta ir en el trasporte publico, me gusta observar a la gente, me gusta intentar adivinar a donde van o como son, me gusta porque puedo leer, pensar, escuchar música o mirar por la ventana. Como todo, tiene sus inconvenientes, pero también tiene muchas cosas buenas…

Ligar

Después de llevar varios años saliendo por Madrid hay pocas cosas que me sorprenden…

Muchas veces me han preguntado la forma más curiosa en la que me ha entrado un chico, sobre ese tema tengo para rato. Otras algún amigo o conocido me ha echado la bronca diciéndome que es difícil y que nosotras lo tenemos más fácil, a lo que yo siempre contesto que es discutible, las cosas han cambiado y si te gusta un chico algo tendrás que hacer, pero claro también tienen respuesta para esto: dos tetas tiran más…

Pero de lo que quería hablar hoy es de este último fin de semana, aunque tengo anécdotas pasadas, esto ha sido especialmente curioso.

Salí con una amiga y nada más entrar a uno de los locales a los que fuimos se acerca un chico y…

M: ¿sois del club?
Yo: ¿¿¿Qué??? – (no le habré entendido bien)
M: ¿Qué si sois del club Ne?- (o algo así)
Yo y mi amiga nos miramos
Yo (descolocada): perdona no se que me dices…
M: Ha entonces no sois del club
Yo: Pues no – mi amiga y yo nos partíamos…

Al final al parecer es que nos habíamos metido en medio de una fiesta semi-privada, pero sin problemas, nos hicimos amigas de bastante gente del club y después de gente que no era de él. No se si fue su manera de entrarnos pero la verdad es que nos reímos mucho con él y sus amigos.

A la vez pero en otro lugar mi hermana estaba conociendo a otro chico (llamémosle D):

D: Oye perdona ¿Qué horóscopo eres?
H: Cáncer ¿Por? – (Cara de circunstancia)
D: Pues mira es que he leído en la Vale que Cáncer y Capricornio, que soy yo, esta semana van a ser muy compatibles
H: (después de una cara de perplejidad y posterior cara de ¿Qué dices?) ¿Esto normalmente te funciona?
D: La verdad es que es la primera vez que lo pruebo ¿funciona?
H: mmm No
D: Vale lo siento…- Media vuelta

Yo no podía dejar de reírme cuando me lo contó, al parecer el chico volvió al rato con una historia sobre que venia de Júpiter o algo así…intentando superarse se supone…

La verdad es que no se si son las más curiosas pero si de las más graciosas que he oído.

Deseando que llegue el fin de semana que viene...

El árbol de la esperanza

Este árbol se encuentra en una de las zonas más inhóspitas del mundo, así lo describen, se encuentra entre los campos de refugiados del Sahara Occidental…
Un árbol enorme y en mi opinión maravilloso, ¿cómo habrá podido nacer, crecer, sobrevivir, en este terreno árido? donde, como se puede apreciar en la foto, no hay ni un hierbajo cerca. Por supuesto las lluvias son inexistentes durante todo el año. Nadie sabe como aun puede permanecer ahí.

Yo creo que es una gran esperanza, un sueño, una denuncia de la naturaleza,…Si miles de personas viven allí cómo pueden, llegando a aguantar 50 grados a la sombra en verano, congelándose las noches de invierno, mientras el mundo decide mirar hacía otro lado y no hacer nada (como en muchísimas ocasiones más) porque no va a poder hacerlo él. Este árbol, al igual que este pueblo, reclama lo que le pertenece, un lugar, una vida, una esperanza. La esperanza de poder vivir un día donde le corresponde, en un lugar donde haya comida y agua. Eso con lo que los europeos hemos nacido y pensamos que todos tenemos. Eso que ni siquiera dudamos que hay que tener. Eso con lo que ellos sueñan y que nosotros no sabemos valorar…

Echo de menos...

Echo de menos cuando mis padres y yo apagábamos la televisión y los tres nos poníamos a leer en el salón, dormirme mirando la luz de las escaleras, dormirnos "calentitas" porque mis padres tenían que subir cada noche porque no parábamos de reírnos mi hermana y yo, poder llorar y que algún "adulto" arreglase lo que había hecho,...

Echo de menos el verde de Asturias, los acantilados de Cantabria, las montañas de los Pirineos, dormir en la tienda de campaña, los largos trayectos en coche discutiendo sobre a quien le tocaba poner la música,...

Echo de menos las llamadas de teléfono a desconocidos y las risas en casa de una de las jinetes, los karaokes de la pizería en nuestros cumpleaños de canis, comer pipas en el parque de los borrachos con mis amigas, los balas, los paseos por la playa con Rouse, hablar tumbada en el suelo mirando las estrellas,...

Echo de menos mirar al cielo y pensar en que se parece tal o cual nuve, echo de menos jugar en la plaza de mi pueblo, echo de menos el agua de La Breña,...

Pero lo que más echo de menos es ¡Lo que aún esta por llegar!!

Una de mis cosas preferidas: Viajar

¡Qué recuerdos! Hace un año me quedaba menos de una semana para ir rumbo a Inglaterra, mi primer viaje en avión, mi primera salida fuera del país (sin mis padres), mi primer choque de idiomas (sí, mi asignatura pendiente),...

Y este año aquí seguiré de momento, pero la parte buena es que aunque tenga que esperar un poco más este año también partiré, pero será a un destino bien diferente...


La semana que viene empiezo a prepararme, tengo que hacerme el pasaporte para comenzar con los tramites del visado (allí es necesario). Y en un mesecito… ¡Estaré en el SAHARA! Choque de idiomas, de culturas, de colores,… pero estoy segura que mis niñas serán unas magnificas guías y pienso aprender mucho, atender mucho, hacer muchísimas preguntas y aun más fotos para a la vuelta contároslo a todos los que me queráis leer.

Olvidar

Hay cosas que no se deberían olvidar, otras que no se quieren y hay unas últimas que no se pueden...

Cuando todo esto comenzó jure y perjure que no lo olvidaría, que haría cualquier cosa por no olvidarlo. Lo que se olvida se repite, me dije, lo que se olvida se perdona. No quería perdonar, no estaba dispuesta a olvidar, estaba demasiado enfadada. En el fondo, en ese momento, pensaba que se me pasaría pronto, que pasaría del enfado a la pena en poco tiempo, de la pena al olvido, del olvido al perdón...como si no hubiese pasado nada. Pero en ese momento no quería.

No quería olvidar y lo peor, no quería perdonar...

Con el tiempo me di cuenta que no había pena y me extraño. No pensaba en lo que había ocurrido, ni ese día, ni estos años. Ya no seguía enfadada ¿no? Ha pasado el tiempo pero ¿por qué no me da pena? Una amiga me dijo que no me permitía a mi misma que me diese pena, en ese momento la mire extrañada.

Ahora, pensándolo detenidamente, no es que no me permita que me de pena romper una relación de tantos (tantos) años y tantas (tantísimas) cosas compartidas. Lo que no me he permitido en estos meses es pensar en ello, ni por un minuto, no se lo merecía, no se lo debía, no quería,... Pero me lo debía a mi. Y me he dado cuenta que no perdono, no olvido y no me da pena, no porque no quiera, no porque no deba, sino porque no puedo.

He pensado en lo que paso ese día, en el mes antes, en los dos años antes, en muchos años antes,... y sigo enfadada. No como al principio, claro, sino con un enfado más suave, más profundo, que me permite seguir, que se queda guardado, que queda paralelo, pero permanece.

No quería olvidar.
Pensaba que no debía.
Y me doy cuenta que no puedo olvidar.
Aun no puedo perdonar...