2 feb 2008

Olvidar

Hay cosas que no se deberían olvidar, otras que no se quieren y hay unas últimas que no se pueden...

Cuando todo esto comenzó jure y perjure que no lo olvidaría, que haría cualquier cosa por no olvidarlo. Lo que se olvida se repite, me dije, lo que se olvida se perdona. No quería perdonar, no estaba dispuesta a olvidar, estaba demasiado enfadada. En el fondo, en ese momento, pensaba que se me pasaría pronto, que pasaría del enfado a la pena en poco tiempo, de la pena al olvido, del olvido al perdón...como si no hubiese pasado nada. Pero en ese momento no quería.

No quería olvidar y lo peor, no quería perdonar...

Con el tiempo me di cuenta que no había pena y me extraño. No pensaba en lo que había ocurrido, ni ese día, ni estos años. Ya no seguía enfadada ¿no? Ha pasado el tiempo pero ¿por qué no me da pena? Una amiga me dijo que no me permitía a mi misma que me diese pena, en ese momento la mire extrañada.

Ahora, pensándolo detenidamente, no es que no me permita que me de pena romper una relación de tantos (tantos) años y tantas (tantísimas) cosas compartidas. Lo que no me he permitido en estos meses es pensar en ello, ni por un minuto, no se lo merecía, no se lo debía, no quería,... Pero me lo debía a mi. Y me he dado cuenta que no perdono, no olvido y no me da pena, no porque no quiera, no porque no deba, sino porque no puedo.

He pensado en lo que paso ese día, en el mes antes, en los dos años antes, en muchos años antes,... y sigo enfadada. No como al principio, claro, sino con un enfado más suave, más profundo, que me permite seguir, que se queda guardado, que queda paralelo, pero permanece.

No quería olvidar.
Pensaba que no debía.
Y me doy cuenta que no puedo olvidar.
Aun no puedo perdonar...

4 comentarios:

elena dijo...

Dicen que el tiempo cura todas las heridas...


(Lo del amor y el odio iba por la descripción que dejaste en tu perfil. Trataré de desenredar mis palabritas: me debatía entre Psicología y Filología cuando estaba a unos pasitos de abismarme en la Facultad...

Tres años más tarde, al leer la novela de Torcuato, me entraron unas inmensas ganas de correr...

...Y pasearme por las aulas donde imparten clases a los futuros psicólogos...


De ESO espero no arrepentirme. De mi elección...)


Besitos

elena dijo...

Ay, cielo... Elegí Filología :P

HJK dijo...

"He pensado en lo que paso ese día, en el mes antes, en los dos años antes, en muchos años antes,... y sigo enfadada. No como al principio, claro, sino con un enfado más suave, más profundo, que me permite seguir, que se queda guardado, que queda paralelo, pero permanece."

Me siento tan identificado... Yo sabía que no podría olvidarlo. No pensar en ello sí, obviarlo; es lo que he tratado y finalmente conseguido. Pero supongo que el perdón es tan relativo... cuando hay dolor de por medio, un dolor tan profundo, áspero y resentido, es imposible ser objetivo como para perdonar. Y es demasiado parecido a olvidar. Y no siento que sea rencor, es ése enfado que no se podía describir de otra forma a como lo has hecho.

Besos, HJK

P.D: apunta un asiduo más a tu blog. Ah, y prometo continuar con el mío, aunque deba ser después de exámenes :)

Luna Carmesi dijo...

Las heridas se curan, eso dicen.
Pero yo no perdono tampoco.
NO es odiar. El odio es veneno para una misma.
Pero yo no perdono.
Es experiencia. Intentar no tropezar en la misma piedra.
¿por qué debe haber perdon?